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Festival Plasma en Monociclo: Que se la banquen.

  • Foto del escritor: El Tesoro Revista
    El Tesoro Revista
  • hace 6 días
  • 4 Min. de lectura

Noche fría, oscura, pesada. De plano, mucha niebla. Pero la noche se llenó de color cuando, pisando la estación de Banfield, encaramos para Monociclo para presenciar la nueva edición del Festival Plasma. Con una noche cargada de sentimientos y una gran convocatoria fiel y arraigada, la noche dio sus frutos. En un lugar, las bandas, y en el ala contraria del centro cultural, actividades para todos los gustos. Venta de merchandising, sector de ropa vintage, tatuajes, fanzines, exposición de fotografías y una calidez pocas veces vista. Todos deambulaban de acá para allá, y entretejidos entre charlas y risas, comenzaron los primeros acordes de la noche.



Los encargados de abrir la velada fueron los pibes de dosmildos. Con un rock más tirado al frenetismo y a los pogos desencajados, fueron quienes cortaron el listón para empezar a desaznar una gran jornada. Con un público que llegaba atento y paraba la oreja para escuchar de que iba la banda, promediaron un set de aproximadamente media hora que lo tuvo todo: Desde lo histriónico de su cantante hasta lo poderoso de su baterista, que le pegaba a la bata como si del rugir de un tigre se tratara.


Pasadas las 9 de la noche, la segunda banda de la noche fueron los espectaculares blokbaster. Oriundos de zona sur, decidieron que había que ponerle al escenario la impronta conurbanense así que allí se pararon, con toda la pinta del mundo, a darle a su público lo que buscaban. Presentando de a poco su nuevo EP llamado "La sangre y el fuego", coparon las tablas con una banda que contiene algunas reminiscencias del rock noventero más garajero, más oscuro, más Seattle sin ser grunge pero con esa postura plantada y fuerte. Una grata sorpresa para este escritor.



Luego, con la noche entrada en fuego y con muchísimas personas atentas al cotejo, llego el momento de Guacho Bleu. Desde el primer momento podíamos encontrar las referencias claras: Con un estilo más volcado si esta vez al grunge, Joel Guaglione subió al escenario con una camisa desteñida a cuadros, las mechas rubias largas, la guitarra a media altura y vibras nirvanezcas típicas de su estilo para despacharse con un set cortito pero potente que nos dejó a todos con ganas de muchísimo más.



Para mí agradable sorpresa, llegó una banda que no conocía y que me voló la cabeza: Hestald. Con guitarras de rocanrol puro pero con arreglos de teclado que podrían ser parte del White Album de los Beatles o al mismo tiempo de un Ummagumma profundo y explorador de Pink Floyd, los muchachos de Lomas con su "rock posta" fueron los encargados de dejar el escenario prendido fuego para una de las bandas más esperadas de la noche: Reybruja. La banda de rock nacional argentino, anunciada como la sorpresa de la noche, subió al escenario entrando a la medianoche para dar, en un set un tanto accidentado, uno de los shows más rockeros de su carrera.



Con "El atrevido", uno de los cortes de su próximo disco a salir pronto, la noche se terminó de prender. El conjunto liderado por Enzo Lupo dio cátedra de rock en un Monociclo ya estallado por el rocanrol. "Nenanisman", "Virgencitas y Malvones" y "Preso en Paraguay" fueron algunas de las primeras canciones del set, que contó con algunos problemas de sonido que supieron esquivar y hasta con una guitarra con una cuerda cortada que fue rápidamente reemplazada para seguir rockeando hasta que saliera el sol (o casi). "El jugador", "Loquita" y "Superestrellas del barrio" empezaron a promediar el cierre del show donde no faltó nada. "Flaco", "Que se la banquen" y "Pocamonta" cerraron un concierto épico, de esos que quedan en la memoria empezando por los desperfectos solucionados, el rock y sobretodo, la calidad de la gente abajo del escenario en una conexión con la banda que no muchas bandas logran.


Y llegó la última joya de la noche. Pasaditas la 1 de la mañana, se apagaron las luces, se encendió una luz blanca sobre un telón naranja y negro y la gran estrella salió a las tablas. Juana Rozas con su hyperpop detonador llego para dejarnos con la boca abierta.



En su mejor momento musical y performaticamente hablando, la artista y actriz detonó el escenario con un show atronador. Temas como "Antonio", "Que importa" con la participación del prolífico Marttein, "Bad Choice" y "Un ángel" sumados a una puesta en escena impactante con bailarines, luces, humo y una Juana hipnótica en todo su esplendor, la noche terminó de una forma impecable. Todo lo vivido en la fría ciudad de Banfield valió la pena. Desde el viaje, la calidez de los artistas, de aquellos que fueron parte de las exposiciones, las tiendas y quienes trabajaron en todo el evento, hicieron que cada una de las personas que salió de allí se fuera contenta y segura de que lo que habían vivido en ese lugar, ese flash, era un momento inolvidable.


Crónica escrita por Guido Leonel (@guidoleonel_)

Fotos capturadas por @tankubrik cortesía de Rojo Producciones

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