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Trance en el final: Brian Jonestown Massacre en C Art Media

Hay bandas que tienen mística en nuestro país, una conexión que muy pocos grupos logran tener con el público argentino y que, sea el momento que sea, van a tener un grupo fiel de fanáticos que los esperan ansiosos en cada show.


Este es el caso de los monumentales The Brian Jonestown Massacre, que volvieron al país el pasado Martes en un show que se sintió como una despedida gloriosa y en especial ruidosa de un año más que se vivio con mucha intensidad y que se merecia un cierre a la altura.


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El show apertura estuvo a cargo de Ale Cares y Los Magos Farciar, el grupo de zona oeste dió un espectáculo completo, con la psicodelia y frenesí que los caracteriza presentando sus canciones que suenan como clásicos y adelantando lo que se viene. 


Repetidas veces agradecieron al público por llegar temprano y prestar atención a su obra, de hecho me sorprendió notar en personas de edad avanzada la mirada con fascinación que tenían sobre el grupo llevándose una banda nueva para escuchar.


Luego de algunos minutos de espera, The Brian Jonestown Massacre salió a escena con un C Art Media cargado de energía y ansiedad de verlos después de 2 años de pisar ese mismo escenario. El show arrancó con Whoever You Are, un clásico de la banda que fue coreado y celebrado casi en silencio por el público que miraba atento con los ojos puestos en la maestría del proyecto.


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La hipnosis siguió con Vacuum Boots, que logró exaltar al público con sus riffs infernales que invitan a bailar y mover el cuerpo, para que seguido a esto empiece a sonar Do Rainbows Have Ends calmando y cautivando en partes iguales a los presentes en uno de los momentos más impresionantes de la noche.


Una constante a lo largo del show fue la atención con la gran parte del público miraba con detenimiento los movimientos precisos y milimétricos del grupo, algo que se pudo ver en las siguientes dos canciones: #1 Lucky Kitty y Fudge sirvieron para seguir alimentando el clima de festejo, de un trance que casi sin celulares se vivía en el lugar. 


Acto seguido empezó a sonar That Girl Suicide que fue un punto de inflexión en la noche dónde de manera efervescente y enérgica, el público se desató ante unos riffs de guitarra bien marcados y pegajosos. Este clima se volvió a tranquilizar con la llegada de Days, Weeks & Months que se volvió monumental ante la atenta mirada del público que observaba con atención lo que sucedía en el escenario y se dejaba llevar por completo.


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Antón entre chistes y tragos de alcohol, hablaba con el público y los miraba sorprendidos, como si fuera la primera vez que nos visitaba, sabiendo que se venía una seguidilla de canciones más que especiales: Don’t Let Me Get In Your Way fue la primera de estas y cumplió con éxitos su cometido, logrando que el público siga calmo pero aún con ganas de festejar, algo que sucedió con la siguiente canción When Jokers Attack dónde el pogo fue álgido y enérgico sintiéndose casi como un abrazo.


La noche no hacía más que mejorar con clásicos de la banda como Sailor y Anemone, está última fue uno de los puntos más imponentes de la noche dónde el grupo demostró toda su maestría en escena y el público dejó todo saltando, gritando a todo pulmón y consiguiendo hacer de esta visita una cita imperdible para la banda. 


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Se sentía en el aire un clima de cierre y luego de la seguidilla de Pish y Cervo, llegó el final definitivo de esta noche con Super-Sonic en una versión extendida, hipnótica y casi elevada dónde se vivió un trance de más de 8 minutos dónde el público miraba emocionado lo que estaba viviendo.


Sin dudas fue de las noches más especiales de este fin de año, dónde el C se volvió un lugar inmenso y los muchachos de Brian Jonestown Massacre dieron cátedra de histrionismo, virtuosismo y trance, teniendo nuevos adeptos y esperamos que muy pronto vuelvan para otra misa más en la ciudad.




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